TÚ, ROJO. Maestros republicanos
Mely RomeroEntrelíneas editores, 2017
En el número de abril de 2022, dedicamos la portada de El Mono Azul a los presos republicanos de la cárcel de Burgos. A los pocos días de subirlo al digital, recibimos un email de una mujer cuyo padre, Epifanio Romero Pindado, maestro republicano, pasó su condena allí. Contaba la historia en esta carta dirigida a la Prisión Central de Burgos, y concluía con la siguiente despedida. “Bueno, quería hacerles llegar una historia más de esa cruel Prisión de Burgos, tengo ya 85 años y la satisfacción de haber dejado reseñado su sufrimiento y lucha por apoyo a la II República”.
En homenaje a todas y todos los represaliados del franquismo.
Prisión Central de Burgos:
Mi padre, Epifanio Romero Pindado, Maestro nacional que se mantuvo fiel a la II República, estaba muy significado pues, aparte de su labor como docente, publicaba muchos artículos en su defensa, sobre todo pedagógicos, en diversos periódicos, entre ellos en San Sebastián (¿La Prensa?), en “La Región” y “El Diario Montañés” de Santander, en “El Heraldo de Madrid” y en la revista profesional de Magisterio “La Escuela Moderna”.
Justamente, al inicio de la República comenzaron a proliferar muchos “milagros” en su contra, y en el pueblo vasco de Ezquioga (en el que mi padre era el maestro), al día siguiente de celebrarse las elecciones para las Cortes Constituyentes se “apareció” la Virgen, era el 29 de junio de 1931, con una espada ensangrentada en una mano y un rosario en la otra, y estas pariciones tuvieron gran repercusión pues atrajeron a más de un millón de personas. Tiempo después fueron silenciadas y condenadas por la propia Iglesia.
Pero dieron lugar a que mi padre escribiera artículos desenmascarando las supuestas “revelaciones” de la Virgen, y en el “Heraldo de Madrid” el 5 de Agosto de 1931 le publicaron uno titulado “En torno “al camelo” milagroso de Ezquioga”, y también se dirigió en 1932 al Gobernador de San Sebastián. El director de cine Manuel Gutiérrez Aragón, en 2001 estrenó la película “Visionarios”, y en ella aparece el maestro y se tomó la licencia de matarlo en la película, sí que le dispararon por estas denuncias que estaba haciendo, pero no le hirieron, tomando mi padre la determinación de enviar a mi madre y a mis hermanos a casa de la abuela en Asturias para protegerlos, y al día siguiente la Virgen en sus revelaciones “se equivocó” y dijo que el maestro ya estaba castigado pues su mujer le había abandonado.
También mi padre en Bárcena de Pie de Concha, pueblo de Santander en el que estuvo de maestro de 1933 a 1937 y en el que yo nací, estaba adherido al sindicato FETE-UGT (Federación de Trabajadores de la Enseñanza-Unión General de Trabajadores), y se solidarizó con sus compañeros socialistas ferroviarios cuando estalló la Revolución de Octubre de 1934, esta revuelta fracasó siendo conducido el 8 de noviembre de ese año al barco-prisión Aranzazu-Mendi, compartiendo el hacinamiento y las penosas condiciones de alimentación e insalubridad con más de 450 personas detenidas por los mismos motivos que él, no logrando la libertad hasta el 12 de julio de 1935, fecha en la que se reincorporó a la escuela, pues la Audiencia provincial de Santander declaró la inimputabilidad de Epifanio Romero en su sentencia.
Al entrar las tropas de Franco en agosto de 1937 en Santander, él huyó por las montañas hasta Asturias y allí se entregó cayendo en la trampa de Franco, que había prometido que no harían nada a los que no tuvieran hechos de sangre. En diciembre ya estaba detenido, y el 8 de abril de 1938, II Año Triunfal, en el Consejo de Guerra Permanente número tres de Asturias, Causa 8106, en la Plaza de Oviedo, por el procedimiento de Juicio Militar Sumarísimo de Urgencia, se le juzga junto a otras once personas, y es condenado a Muerte, por Rebelión Militar. Esta sentencia SIGUE VIGENTE, pues en España, al contrario que en Alemania y en Italia, no se han anulado estos Juicios franquistas.
El 5 de septiembre de 1938 ingresa en la Prisión Central de Burgos, y allí permanece hasta el 8 del mismo mes de 1943.
En esta prisión la inmensa mayoría era de presos políticos, y estaban tan hacinados que dormían en el suelo, y mi padre contaba que cuando alguno se daba la vuelta, lo avisaba en voz alta para que los demás hicieran lo mismo; también nos decía que, sobre todo al principio, pasaban tanta hambre, que hasta cogían comida podrida tirada y mezclada con desperdicios; y que el Capellán gritaba: “Vosotros, ROJOS, vuestras mujeres se están acostando con nuestros hombres”; y todos los días venían a pasar las lista de los que serían fusilados, y no decían el nombre de inmediato, sino que, para aumentar el sufrimiento, empezaban con una sílaba del apellido y la dilataban hasta decir el apellido completo y así los mantenían en tensión.
Con cinco años mi madre me llevó a visitarle y es mi recuerdo más antiguo, ella me alzaba a la altura de mi padre, y él estaba detrás de unos gruesos barrotes con muchos otros presos. Tengo una preciosa poesía suya enviada desde la cárcel sobre esta visita que le hice.
A mi padre le conmutaron después la pena de Muerte, y ejerció de maestro en esta prisión desde el 15 de noviembre de 1941 hasta el día de su libertad. Naturalmente fue represaliado, sin poder ejercer su carrera, y vigilado por las autoridades y el comisario de barrio, así que decidimos irnos a Venezuela, país lleno de exiliados republicanos y donde tenía maestros amigos, yendo yo la primera para poder reclamarle por ser menor de edad, y aún así nos costó dos años para que le dieran el pasaporte.
Nosotros solamente teníamos una hoja de su condena expedida el 27 de noviembre de 1956, por el Secretario de Causas del Juzgado Militar, en la que textualmente dice que “hay cinco firmas rubricadas e ilegibles” de los que firmaron la sentencia de muerte, pero cuando a raíz de la película “Visionarios” empecé a recabar documentación, artículos, etc., conseguí de El Ferrol el Sumario completo en 2006 y estas cinco firmas son perfectamente legibles.
En diciembre de 2017, me publicaron el libro “Tú, Rojo. Maestros republicanos” (Entrelíneas Editores), en el que hay copia de toda esta documentación, así como de artículos publicados y muchas poesías que nos enviaba desde la cárcel.
Desde el advenimiento de la República perteneció a la Unión General de Trabajadores y según el sumario que se le instruyó en el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, (que se archivó sin responsabilidad), se indica que ingresó en el Partido Comunista el 1 de noviembre de 1936. Hace poco me hicieron llegar un artículo de periódico de 1937 en el que dice que Epifanio Romero Pindado es afiliado al partido que fundó Manuel Azaña, Izquierda Republicana. Falleció en 1968, a los 69 años de edad. Su nombre recientemente ha aparecido en otros libros y su lucha por los nuevos métodos pedagógicos de la II República está ya en el Archivo del Patrimonio Histórico de Cantabria.
Reciban un cordial saludo. Amelia-Margot Romero Álvarez