Con los tres jóvenes asesinados este sábado, la cifra de palestinos asesinados por las fuerzas israelíes en lo que va de año asciende a 12 palestinos, incluidos 3 niños. Un genocidio, que solo es posible con el silencio y la hipocresía de la comunidad internacional frente a la ocupación militar y el apartheid israelí.

Este sábado, dos jóvenes palestinos fueron asesinados por balas de las fuerzas israelíes de ocupación en la ciudad palestina de Jenín, en el norte de Cisjordania. Los dos jóvenes, Izzeldin Hamamra de 24 años y Amjad Khaliliye de 23 años, murieron cuando los soldados sionistas abrieron fuego contra un automóvil en el que se encontraban cerca del pueblo de Jaba, al sur de Jenín.

Un tercer palestino, Yazan Jabari, de 19 años, de la localidad de Al-Yamoun, falleció debido a las heridas que sufrió en los enfrentamientos con las fuerzas de ocupación en la aldea de Kafr Dan, al oeste de Jenin, a principios de este año.

El ejército de ocupación israelí justificó los asesinatos en un comunicado señalando que sus fuerzas fueron atacadas. Para Israel resistir la ocupación militar es “terrorismo” y criticar las violaciones a los derechos humanos es “antisemitismo”, como denuncian las ONGs que trabajan sobre el terreno.

La alta cifra de muertos palestinos, donde prácticamente todos los días hay asesinados y heridos, se debe a la política del “gatillo fácil” que Israel lleva a cabo en contra de la población palestina bajo ocupación. «Los militares asesinos nunca tendrán que rendir cuentas por los crímenes cometidos e incluso cuando asesinan a niños y bebés», denuncian las entidades de apoyo al pueblo palestino.

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