Los trabajadores de Sintel han dado un paso adelante haciendo entrar a la Fiscalía Anticorrupción en su caso, entrada que ha posibilitado que el pasado 15 de febrero Juan Villalonga, Presidente de Telefónica hasta julio de 2000 y protagonista del «remate» de la venta de Sintel al cubano-estadounidense Jorge Mas Canosa, conocido por sus conexiones con la guerra sucia de Estados Unidos contra Cuba.

Villalonga, ha declarado «no saber nada» de la venta de Sintel, que dejó en la calle a más de 2.000 empleados directos y a otros 2.500 de las 23 empresas auxiliares.

También declaró José María Millet, secretario del consejo de Telefónica cuando se produjo la venta, quien aseguró que Telefónica intentó el reflotamiento de Sintel adjudicándole trabajos por 463 millones de euros y una ampliación de capital por 18 millones, pero que la empresa no pudo evitar la suspensión de pagos. Para Francisco Hernando, abogado de los trabajadores de Sintel, la vista ha sido «muy positiva», a pesar de la «cerrazón absoluta» de Villalonga, pues el escrito del fiscal pidiendo diligencias apunta a que telefónica es responsable de «insolvencia punible».

Para Adolfo Jiménez, antiguo responsable del Comité de Empresa de Sintel y actual presidente de la Asociación de Trabajadores de Sintel, la vista es un gran paso para la lucha que llevan librando más de cinco años, tras la cual los trabajadores sólo han cobrado un 20% de lo que les corresponde. Este juicio, que ha coincidido con el quinto aniversario del Campamento de la Esperanza, puede ser la oportunidad de demostrar que el cierre fue planeado y de esta manera aclarar que fue una decisión premeditada desde la dirección de Telefónica para descapitalizar Sintel.

Si el caso Sintel es un ejemplo de las consecuencias laborales de la globalización, la lucha de sus trabajadores supuso la demostración práctica de la actualidad del movimiento obrero. Ejemplo de ello son el «Campamento de la Esperanza» en el que los despedidos dieron a conocer su situación entre enero y agosto de 2001 en pleno Paseo de la Castellana de Madrid, las seis marchas simultáneas que convergieron en el 1 de Mayo madrileño de 2003 o la labor diaria de la Asociación para la Colaboración con los Trabajadores de Sintel, en la que los prejubilados de la empresa ayudan a buscar empleo a sus ex-compañeros desde la sede vecinal del histórico barrio revolucionario de Orcasitas, corazón rojo del distrito obrero de Usera (Madrid).

Precisamente el pasado domingo 18 de febrero 1122 trabajadores asistieron a la Asamblea General convocada por la Asociación, en la que han aprobado -por 960 votos a favor y ninguno en contra- realizar nuevas movilizaciones para esta temporada. En la actualidad, de los 2000 despedidos, 250 viven gracias a Sintratel, la cooperativa fundada por ellos mismos, que cuenta con reconocimientos como el 1er premio a la Trayectoria Empresarial por el Ayuntamiento de Gefate y la IV Edición Premios Ciudadanos, otorgado por El Grupo Televisión Digital Terrestre y ARTEDI, tiene suscrito un acuerdo de I+D+i con la Universidad Politécnica de Madrid y cuenta con el aval del Nobel José Saramago y el miembro de la RAE José Luis Sanpedro como Presidentes de Honor de la empresa.