Es sabido que el sector financiero constituye el núcleo sicótico del capital en España. Es, por así llamarlo, el “corazón” del poder económico. Si a raíz de la transición y la incorporación a Europa la industria quedó desprotegida, no ocurrió lo mismo con la banca. Gracias a su poder sobre el Estado, a la presencia de las Cajas de Ahorros copando parte de la banca minorista y a las trabas prácticas puestas por los sucesivos gobiernos hasta 1993, a la gran banca europea le resultó imposible introducirse en el mercado español, cosechando estrepitosos fracasos. Mientras, la banca española cambió de configuración con las sucesivas crisis y se privatizaron los bancos públicos, pero por encima de todo se mantuvo en manos de las oligarquías históricas. La “reforma” de las Cajas en 2010 agudizó esto aún más, con Rato el ejemplo más claro.

En estos momentos el sector financiero español está en quiebra. Fruto de los excesos de los primeros 2000 y de una política monetaria irracional, los bancos han acumulado una montaña de incobrables y han provocado una parálisis en la economía productiva y doméstica que los ha convertido en zombies. Este cáncer está extendido por todo el sistema financiero europeo. Unos se deben a otros y los Estados, exhaustos, no pueden endeudarse más para salvar a sus bancos. De ahí que los economistas sensatos que se mueven en los parámetros del sistema (capitalista, por supuesto) estén proponiendo que en vez de “rescatar” a los Estados para que estos rescaten a los bancos, se haga directamente. Es decir, que el Fondo Europeo de Estabilidad recapitalice a los bancos. Algo que compromete gravemente el poder de las respectivas élites burguesas en los diferentes países ya que si “Europa” rescata, “Europa” manda. La negativa de Rajoy a que los bancos sean rescatados por “Europa” es la negativa de la oligarquía española a ser eliminada.

Dos lecciones se sacan de esto. Primera, que los economistas sensatos no acaban de entender que la mejor solución técnica no es necesariamente viable desde la política. Un rescate europeo de la banca española es la muerte de una casta que se forjó en la monarquía Alfonsina, derribó a la República, engordó en la Dictadura, sobrevivió a la Transición y subió a primera división con el social-neoliberalismo. Y ésta no se va a dejar matar fácilmente. Lo mismo cabe decir de franceses, alemanes, italianos, holandeses, etc. La segunda lección es comprender cuál es el alcance real del “europeísmo” del capital europeo: quieren el euro como territorio de caza para asegurarse sus rentas y forzar la competencia a la baja entre los trabajadores pero no renuncian a “sus” Estados como protectores e instrumentos para competir en ese territorio.

Con todo, la metástasis está muy extendida, por lo que nada está escrito, todo es posible. Igual vemos más pronto que tarde un gobierno de “salvación nacional” con PSOE, PP y CiU. O igual de ésta nos libramos de ellos. Depende, en parte, de nosotros.